Cómo enseñar a un niño a ir al baño: Una breve guía

Bea Ramos
Bea Ramos
the secrets of successful potty training for boys

El entrenamiento para ir al baño de los niños conlleva retos y experiencias únicas que pueden ser tan gratificantes como estresantes. Con la preparación adecuada, este proceso puede convertirse en una serie de momentos de unión que reforzarán la relación que tenéis y que fijarán en piedra unos hábitos de higiene que le beneficiarán hasta bien entrada la edad adulta.

El secreto para enseñar a los niños a ir al baño es la paciencia, un plan bien pensado y una buena comunicación. Si sigues los consejos de los que te precedieron, los miedos y las preocupaciones que podrían surgir con el entrenamiento para ir al baño desaparecerán.

Cuándo comenzar el entrenamiento del orinal

No hay un momento correcto para saber cuándo entrenar a tu hijo para ir al baño. Aunque los niños pueden estar preparados desde los 18 meses, es normal que no se sientan cómodos hasta los 3 años. La edad media de entrenamiento es de 27 meses, y pueden pasar años más antes de que puedan evitar los accidentes.

Una buena forma de saber si tu hijo está preparado para el aprendizaje del orinal es que muestre interés por hacerlo y sea consciente de sus necesidades. Si te indica cuándo necesita que le cambies el pañal o empieza a seguirte al baño, está psicológicamente preparado.

Tu hijo debería ser capaz de caminar hasta el orinal sin ayuda. También debería ser capaz de subirse y bajarse los pantalones, aunque a veces necesite un poco de ayuda. Si estas cosas aún no son posibles, no dudes en esperar un poco más. La preparación física y psicológica son igualmente importantes.

Por qué la comunicación temprana es la clave del éxito del aprendizaje para ir al baño

El papel más importante que desempeñas como padre es el de alguien que escucha y habla con tu hijo sobre sus necesidades. Incluso a una edad temprana, cuando sus habilidades verbales son limitadas, los niños están preparados para aprender tanto a través de lo que usted dice como de la forma en que actúa como ejemplo.

La sencilla utilidad de observar y aprender

Aunque no es posible en todos los hogares, tener un modelo masculino dispuesto a ser observado puede ser muy beneficioso para un niño. Los niños pequeños pueden reconocer las diferencias anatómicas entre niños y niñas y observar cómo actúan los adultos durante las pausas para ir al baño puede ayudar a establecer expectativas bien comunicadas.

Los hermanos mayores que están dispuestos a ayudar también pueden ser beneficiosos. Ver cómo se les recompensa por su buen comportamiento puede motivar la propia experiencia de entrenamiento de un niño.

Cómo elegir las palabras adecuadas para el entrenamiento para ir al baño

Disponer de palabras y frases específicas puede ayudar a motivar a los niños para que se abran a sus necesidades durante el entrenamiento para ir al baño. Encuentra las palabras con las que tu hijo se siente cómodo para describir su necesidad de orinar o defecar. “Pis” y “caca” son opciones comunes, al igual que “número uno y dos”.

Utilizar la palabra “baño” en lugar de “orinal” puede enfatizar el objetivo final de la actividad. Lo importante es la coherencia y la comodidad, para que pueda comunicarse sin miedo ni confusión.

Resulta tentador utilizar nombres juveniles como “pipí” en lugar de “pene” al enseñar a los niños su anatomía.

Esto es innecesario y puede enseñarles a avergonzarse de sus genitales. No hay nada malo en decidir llamar al orinal “retrete” y algunos chicos lo ven como una señal de que lo que están haciendo es más “adulto”.

Hay que evitar las palabras negativas cuando se habla del orinal. Palabras como “sucio” y “apestoso” pueden enseñar accidentalmente a los chicos que han hecho algo mal, mientras que los accidentes nunca deben calificarse de fracasos.

Libros y medios de comunicación que hacen que el aprendizaje para ir al baño sea divertido

Se pueden utilizar canciones, libros y vídeos para ayudar a comunicar a los niños la anatomía, la higiene y las rutinas del baño. Estos son algunos de los mejores ejemplos que existen:

“Todo el mundo hace caca” y “Superhéroe del orinal” son algunas de las opciones de libros más populares diseñados para ser leídos a tu hijo a una edad temprana. Fueron escritos específicamente para fomentar la positividad en torno al tema.

“¿Qué haces con un orinal?” es un libro desplegable que enseña a usar el orinal. Mucho más práctico que otros libros, su interactividad es un gran atractivo.

El programa “La hora del orinal” de Barrio Sésamo ofrece atractivas oportunidades educativas utilizando personajes adorables que todos los niños pequeños reconocen.

Cómo prepararse para el aprendizaje del orinal

Los niños han sido entrenados para ir al baño mucho antes de que existieran las guías, y a menudo pueden aprender la mayor parte de lo que necesitan saber viendo ejemplos y practicando ellos mismos. Dicho esto, ¿por qué no aprovechar los conocimientos adquiridos por todos los que han pasado por ello antes que tú? Si tienes un plan claro y te preparas con las mejores herramientas disponibles, el entrenamiento para ir al baño puede ser una experiencia limpia y cómoda.

Suministros útiles

El entrenamiento del potty no necesita ser una experiencia costosa, con varias sillas del potty del bajo costo disponibles. Sin embargo, para ofrecer la mejor ayuda a un niño, hay consideraciones adicionales que cuestan poco y tienen grandes beneficios.

Sillón con orinal

Una buena silla del potty permite que un muchacho tenga sus pies en la tierra y el sitio de meter su pene al sentarse. La elección de un orinal ligero facilitará los desplazamientos y, afortunadamente, la mayoría de los orinales más populares son adecuados para ello.

Compra el orinal con antelación y anima a tu hijo a sentarse en él antes del entrenamiento, para que no se ponga nervioso al usarlo después. Dejar que los niños se sienten en la silla desnudos sin intentar usarla puede ayudar a que se sientan familiarizados con la experiencia más adelante. También se recomienda jugar con la silla y enseñar a sus juguetes a utilizar el orinal.

Taburete para los pies

A veces, un niño ya está interesado en sentarse en el inodoro para adultos. Para estos niños, considere la posibilidad de utilizar un “escabel” como alternativa al orinal. Estos se colocan en el inodoro normal y están diseñados para facilitar que el niño se siente en el objeto más grande. Esto puede acelerar la transición, pero también puede ser bastante desalentador. Un temor habitual es el de “caerse”.

Compra un reposapiés que permita al niño tener los pies plantados cuando acabe utilizando el inodoro para adultos. También puede servirle para alcanzar el lavabo cuando se limpie.

Las salpicaduras accidentales y los “casi accidentes” son comunes para los niños cuando aprenden a orinar, por lo que muchos orinales diseñados específicamente para varones incluyen protectores contra salpicaduras para evitar que se extienda la suciedad. Comprar uno con protectores contra salpicaduras extraíbles facilita la limpieza.

Ropa

Durante el comienzo del aprendizaje para ir al baño, puede ser necesario cambiar la forma de vestir de su hijo. Los niños necesitarán pantalones que sean fáciles de bajar rápidamente. Los monos deben evitarse a toda costa.

Se ha demostrado que la ropa interior de entrenamiento que es fácil de poner y quitar aumenta la confianza y ayuda a hacer frente a los inevitables accidentes. Muchos padres también han visto resultados positivos al llevar a sus hijos a comprar su primer par de “calzoncillos de verdad”. Hoy en día, las empresas de ropa tienen una gran variedad de estilos y diseños que se adaptan a la personalidad y los intereses de tu hijo.

Jabón y objetivos

Las “dianas” son una forma popular de ayudar a los niños a aprender a apuntar cuando se ponen de pie para orinar. Añaden un sentido de “diversión” a la ocasión. Considera la posibilidad de comprar también una diana para el inodoro de los adultos. Las organizaciones benéficas dedicadas a la salud de los hombres suelen vender este tipo de artículos para buenas causas.

Compra un dispensador de jabón que sea fácil de usar. Si tu hijo necesita que le animen, hay dispensadores para niños con la forma de sus personajes de dibujos animados favoritos, dinosaurios y cohetes.

Crear una rutina de aprendizaje para ir al baño

Crear una rutina que tu hijo pueda aprender a seguir ayuda a gestionar las expectativas. No hay una rutina perfecta que seguir, desde el “campamento de entrenamiento” a corto plazo hasta la transición gradual del pañal al uso completo del inodoro sin un proceso formal.

Hablar con el médico de familia y con otros cuidadores (incluidos los profesores de educación infantil que pueda tener el niño) puede ser muy útil.

Algunos consejos

  • Programar “descansos para ir al baño” antes y después de la cama y las siestas, incluso cuando no necesite ir.
  • Registrar las últimas deposiciones antes de empezar el entrenamiento para ver si hay momentos comunes para programar.
  • Organizar el inicio del adiestramiento en un fin de semana en el que no haya viajes ni otras actividades que puedan alterar el horario.
  • Utilizar un sistema de recompensas, ya sea una tabla de pegatinas o pequeños juguetes.
  • Estar de acuerdo en utilizar una combinación de orinal y pañales cuando la situación lo requiera.

Qué ocurre en la sesión de orinal

Ya tienes todo el material, tu hijo está leyendo “Todo el mundo hace caca” y has elegido las palabras y las recompensas que vas a utilizar para que sea una experiencia positiva para todos. Ahora es el momento de repasar el proceso de lo que ocurre durante una sesión de orinal individual.

Ten el orinal preparado en todo momento

Aunque vamos a entrenar con una rutina, el orinal debe estar preparado y disponible en todo momento, como lo está el baño para nosotros. Si es posible, reserve un lugar cerca del retrete donde el orinal pueda estar esperando para cualquier momento en que lo necesite. Esto evita el estrés si tiene prisa por usarlo y le anima a utilizarlo sin tu ayuda.

Ritual previo al orinal

Comienza la sesión de orinal de la misma manera cada vez, preguntando si necesita usar el orinal. Utiliza las mismas palabras para la rutina de ir al orinal que si parece que necesita ir. De este modo, le haces saber que las pausas no programadas para ir al baño son de esperar y no se desaconsejan.

Si responde que no necesita ir, dile “Vamos de todas formas”. Esto fomenta la actitud de que ir “sin razón” es mejor que tener un accidente. A medida que el entrenamiento para ir al baño continúa, algunos niños pueden ir por su cuenta por la novedad. No lo desestime, pero asegúrese de no recompensar este comportamiento.

Sentarse en la taza

En el momento en que se inicia el aprendizaje para ir al baño, tu hijo ya ha conocido el orinal, sabe para qué sirve y puede que incluso se haya sentado en él. Sólo dale instrucciones cuando parezca no estar seguro de lo que tiene que hacer, aunque puede que te sorprenda lo mucho que ya ha aprendido observando a los demás.

El aprendizaje del orinal es más fácil cuando se le quitan los pantalones por completo, pero esto no significa que deban hacerlo. Es importante dejar que el niño decida lo que le resulta más cómodo. Asegúrate de comprobar si hay accidentes o salpicaduras antes de permitirles subirse los pantalones al final de la sesión.

Comprueba que el niño ha metido el pene en la taza, ya que a veces es complicado. La mejor posición es inclinarse hacia delante, pero algunos niños se sienten más cómodos sentados en posición vertical.

Deja que tu hijo lea, juegue con juguetes o incluso vea vídeos mientras está en el orinal. El aprendizaje para ir al baño nunca debe sentirse como un “tiempo fuera”.

Nunca preguntes “¿ya has ido?”. Deje que el niño se siente hasta que indique que ha terminado. Algunos niños querrán proclamar su acto en voz alta, mientras que otros son mucho más sutiles. Si han pasado tres minutos sin usar la palangana, pregúntale si todavía tiene que ir. Si dice que no, deja que se levante y continúe el resto de la rutina con normalidad.

Limpiar después

Dale al niño tres o cuatro cuadrados de papel higiénico y deja que intente limpiarse el trasero. Enséñale a limpiarse de delante a atrás, ya que este hábito hace que disminuyan las infecciones del tracto urinario en la vida posterior. Deja que ponga el papel sucio en el orinal y luego coge una cantidad limpia y vuelve a limpiar su trasero para comprobarlo.

Es normal que tu hijo quiera “revisar su obra” y no hay que desanimarlo.

Compruebasus pantalones y luego haz que se los vuelva a poner.

Llevael orinal al retrete y deposita los residuos en la taza. Deja que tire de la cadena él mismo como estímulo. La mayoría de los orinales de hoy en día vienen con tazas internas que se pueden levantar para facilitar esta tarea. Inmediatamente después, vayan juntos al tocador del baño y lávense las manos.

Felicítale por el trabajo bien hecho y hazle saber que puede pedirlo si necesita volver a usarlo pronto. Un niño que no pudo ir la primera vez, a menudo se encontrará con la necesidad de hacerlo poco después y es importante demostrarle que no está perdiendo el tiempo al pedirlo de nuevo.

No hay ninguna razón real para someter a los niños a las minucias de la limpieza del orinal. Sin embargo, una vez que el niño haya terminado su sesión, es importante limpiar inmediatamente la taza con agua tibia y jabón. Vuelve a colocar el orinal en su posición original, preparado para la siguiente sesión.

Salir a la calle

No es realista suponer que los niños pequeños sólo estarán en casa mientras se entrenan para ir al baño y estar fuera de casa no es excusa para retrasar o detener el entrenamiento. Sin embargo, es una buena idea tener en cuenta los eventos que se avecinan y tratar de hacer una pequeña salida antes de abordar viajes más grandes.

Es estupendo que los niños adquieran el hábito de ir al orinal antes de salir de casa, una rutina que facilita la vida mucho después del entrenamiento para ir al baño. Para fomentar este hábito, da el ejemplo y haz que forme parte de la rutina familiar. La pregunta “¿Han ido todos al baño?” ayuda a recordar a un niño en edad de crecimiento que no se le está señalando ni castigando.

La mayoría de los orinales son portátiles y pueden guardarse junto con una muda de repuesto. Existen “orinales de viaje” plegables, pero no son necesarios. Recuerda que estar fuera de casa puede añadir estrés a un niño pequeño durante este periodo y que es de esperar que se produzcan accidentes.

Desnúdate!

A muchos niños pequeños no les gusta la ropa. El aprendizaje para ir al baño es el momento perfecto para aprovecharlo, ya que estar desnudo ofrece muchos beneficios tanto para el niño como para su cuidador.

Anima a tu hijo a jugar desnudo cerca del orinal antes del entrenamiento. Haz que se siente en él sin esperar que lo use ahora y se sentirá menos ansioso cuando empiecen las sesiones de orinal. Los niños desnudos también están más dispuestos a ir solos al orinal sin ayuda.

El aspecto más útil del niño desnudo es que las pistas visuales de su necesidad de ir al baño son más prominentes. Los niños desnudos tienden a agarrarse cuando necesitan ir al baño.

Las alegrías de estar de pie

El entrenamiento para ir al baño puede ser lo suficientemente complicado para un niño pequeño sin incluir el estar de pie y los orinales. Por eso se considera mejor enseñar a sentarse para todas las necesidades y luego dejar que el niño se ponga de pie cuando quiera.

Afortunadamente, no hay un gran truco cuando se trata de orinar de pie, siempre que se dirija a un lugar apropiado. Esto significa en el orinal en lugar de en el suelo o directamente en sus pantalones.

Puede que te preocupe ver a tu hijo “jugando consigo mismo” mientras orina, pero es una experiencia normal para él. El uso de “objetivos de entrenamiento” puede añadir una sensación de novedad.

Una ventaja de ser un niño pequeño cuando juega en el patio trasero es la aceptación social de correr detrás de un árbol para orinar. Anímales a dirigir el chorro hacia la base de la planta y asegúrate de que no están de pie cuesta abajo. Asegúrate de que se lavan las manos después.

Rutinas nocturnas

Ir al orinal antes de acostarse es un hábito estupendo para inculcar a los niños, pero no evitará los accidentes nocturnos. Por eso, muchos padres optan por dejar a sus hijos en pañales por la noche hasta que se complete el entrenamiento diurno. Sin embargo, si quiere llevar su “ropa interior de niño mayor”, dale la oportunidad. Hazle saber que no pasa nada si te despierta para ir al orinal y que incluso puede intentar ir solo si lo desea.

Existen sábanas de plástico para proteger los colchones de los accidentes y merece la pena comprarlas. Recuerda que debes abstenerte de utilizar un lenguaje negativo cuando se produzcan accidentes, pero hacer que participe en la limpieza de su cama fomenta el sentido de la responsabilidad.

Celebre el éxito de su hijo

Sería contraproducente organizar una fiesta cada vez que tu hijo haya utilizado el orinal con éxito, pero celebrar los grandes hitos puede tener un gran efecto en su confianza y sus habilidades. Premia sus acciones exitosas de “niño grande” con recompensas de “niño grande”, como ver un nuevo vídeo o su cena favorita.

Entre los hitosimportantes que merece la pena celebrar se encuentran

  • Su primer uso del orinal.
  • Su primer fin de semana sin accidentes.
  • La primera vez que utiliza el orinal o el inodoro fuera de casa.
  • La primera vez que se lleva al orinal sin ayuda.
  • La primera vez que se pone de pie para orinar.
  • La primera vez que utiliza el inodoro para adultos.

Aunque no sea un hito, cada vez que vaya al baño con éxito debe recibir palabras de aliento y elogios.

El fracaso no existe

Habrá momentos en los que el aprendizaje para ir al baño se convierta en un lío. Habrá ocasiones en las que el niño se baje del orinal sin haber ido al baño. Habrá ocasiones en las que no llegue al orinal a tiempo. Habrá accidentes.

Esto no es un fracaso.

A pesar de lo enloquecedor que puede ser el aprendizaje para ir al baño, es esencial mantener la calma. Es importante hacer saber explícitamente al niño que los accidentes no son culpa suya. El camino de cada niño es diferente. Comparar a cualquier niño con otro no ayuda.

No hay nada malo en tomarse una pausa en el aprendizaje para ir al baño. Si ha habido pocos progresos durante un par de semanas, tómate un tiempo antes de volver a intentarlo. Está bien que no esté preparado. Mantén el orinal a la vista y deja que lo use cuando se sienta cómodo. Sigue animándole a jugar con el orinal, a sentarse en él y a utilizar sus juguetes.

No es raro que un niño experimente una etapa de regresión, en la que los accidentes empiezan a aumentar de nuevo. Volver a sacar el orinal no debe verse como un castigo, sino como una ayuda. Proporciona todo el apoyo y el estímulo que puedas para lo que puede ser una experiencia bastante embarazosa.

Unas palabras sobre la enuresis

Orinarse en la cama es una experiencia distinta al entrenamiento para ir al baño y estos accidentes no deben incluirse cuando se considere la situación de su hijo. Mojar la cama ocurre durante el sueño y está 100% fuera del control del niño.

La enuresis no debe ser motivo de gran preocupación antes de que el niño cumpla los 7 años, a menos que ocurra todas las noches o se combine con dolor o decoloración de la orina. Para reducir la probabilidad de que se orine en la cama, asegúrese siempre de que su hijo vaya al baño antes de acostarse. Haz que esto forme parte de su rutina nocturna.

Cuándo dejar el orinal

La transición para dejar el orinal depende de muchos factores, como la capacidad física del niño para sentarse solo en el inodoro y su preparación psicológica para este nuevo reto. A medida que vaya pasando al inodoro, mantén el orinal cerca para cuando se sienta menos seguro.

La prioridad es desarrollar la independencia y evitar los accidentes. Cuando pueda usar el inodoro y ya no tenga accidentes con regularidad, es el momento de guardar el orinal. Es el momento de celebrarlo.

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Pediatra desde 2015, enamorada de mi trabajo. Tengo dos enormes renacuajos y un marido que cocina mejor que nadie.

Máster en Investigación Clínica y Postgrado en Divulgación Científica, también colaboro desde hace años como profesora en varios centros educativos y artículos científicos.

Empecé Revista del Bebé para ayudar a todas las madres y padres que lo pudieran necesitar, y así unifico mis grandes pasiones: los niños y escribir.

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